martes, 8 de noviembre de 2016

articulo 15: Entre buhoneros y estacionamientos quedó olvidada la historia de la capita

Entre buhoneros y estacionamientos quedó olvidada la historia de la capital
ESPECIAL SEMANARIO #losandes por: Ana Alejandra Laya Fotos: Luis Parada.-
Miles de personas las miran a diario pero nadie reclama; mientras el moho, las enredaderas y el hollín se extienden por las estructuras que hoy son el ejemplo de que la modernidad está acabando con la memoria de San Cristóbal 
Al mismo ritmo que se construyen edificios, centros comerciales, urbanizaciones, locales, estacionamientos y se demuelen infraestructuras donde luego funcionarán improvisados mercados de buhoneros, se pierde la memoria histórica y los recuerdos patrimoniales y culturales de la antigua Villa de San Cristóbal.

Casas a punto de caer, llenas de moho, monte y grafitis, conforman el panorama de la ciudad; miles de personas transitan por el Centro de la capital, donde entre edificios, aún quedan algunas de las viejas casonas de lo que fue el casco antiguo, y son pocos quienes se preocupan de que las zonas históricas estén en ruinas; en cambio, muchos contribuyen a su deterioro, y no son solo los transeúntes; las autoridades, de antes y ahora, también han aportado, a punta de indolencia y desidia, su granito de arena.

Manifiesta el cronista de San Cristóbal, Luis Hernández, que ya para los años 50, en la época de Marcos Pérez Jiménez, inició un proceso e intervención y transformación del espacio físico, “el teatro  Garbiras fue demolido, al igual que el primer Palacio de Gobierno, construido en tiempos de Cipriano Castro”. 

Pero la destrucción de las memorias de la ciudad comenzó durante la celebración del Cuatricentenario, en 1961, afirma el historiador Gustavo Gari. Para los preparativos del aniversario, las autoridades demolieron plazas a fin de reconstruirlas y adaptarlas a la arquitectura moderna; señala Gari que estos sitios no debieron ser intervenidos y al modificarlos, “se perdió su originalidad y la idiosincrasia de los pueblos”, y ahora en estas zonas pulula la delincuencia y no hay ambiente cultural, sostiene.

Una situación similar ocurrió cuando al ampliar la avenida Francisco García de Hevia, o la Quinta, derribaron la primera sede propia del Salón de Lectura, allí funciona ahora un paseo comercial;  “de ahí en adelante hasta el comienzo del viaducto, de lado y lado fueron destruidas todas las construcciones más viejas”, no se salvó el antiguo Palacio Episcopal de San Cristóbal, en el cual habitó el primer obispo del Táchira, monseñor Tomás Antonio San Miguel, manifiesta Gari.

En la calle tres, subiendo a la Séptima avenida, destruyeron gran cantidad de viviendas antiguas, en el sitio fue ubicado el Mercado de las Pulgas; Gari señala que estas casas eran patrimonio arquitectónico porque allí se fundó la ciudad. En la calle 4 del Centro, desde la carrera 4 a la 5, fueron demolidas casas del siglo 19 y hoy son estacionamientos.

El club Táchira, construido en 1900, y anteriormente ubicado en la Séptima, también fue destruido; según el historiador, allí  se realizó una moderna construcción de concreto y ahora es “otro centro comercial de buhoneros”.

Tampoco se ejecutaron los proyectos que se tenían previstos; recuerda Gari que donde estaba ubicado el emblemático edificio del Banco de Maracaibo, en la Séptima avenida, se planteó construir la sede de la Alcaldía, o el despacho del alcalde y las oficinas culturales de la municipalidad; en cambio, fue erigido un centro comercial.

Los alrededores de la plaza Juan Maldonado no han sido conservados; las casonas de Aureliano Amaya, quien luchó en la Revolución Liberal Restauradora; la de María del Carmen Ramírez de Briceño, heroína de la independencia, protectora y amiga del Libertador en su estadía en el Táchira, y en cuya vivienda pernoctó Simón Bolívar; junto a otras antiguas casas, fueron demolidas, convertidas en estacionamientos, en talleres y hoteles. 

“Priva el mercantilismo y parece que fuera más importante hacer otro centro comercial sin ningunas condiciones de orden, ni técnico, ni social, en vez de conservar una construcción emblemática de la ciudad”, resalta Gari; y pregunta “qué queda de esa zona histórica, qué dicen las autoridades, qué dice la Cámara Municipal”.

PREOCUPACIÓN DE VIEJA DATA. 

Ha sido la recuperación del patrimonio histórico de San Cristóbal; sostiene el cronista Luis Hernández que desde 1970, el arquitecto Eduardo Santos Castillo planteó la necesidad de hacer estos trabajos que a la final no se ejecutaron.

También, expresa Hernández, han creado comisiones de patrimonio, mas no han tenido fortaleza suficiente; la recuperación del casco histórico aún es una materia pendiente, las intervenciones han sido pocas y hasta ahora la más evidente es la restauración del Ateneo del Táchira.

“No ha habido ningún criterio de preservación de la infraestructura antigua”, dice Hernández, y el problema no son solo las autoridades, se trata de la sociedad. Tanto Hernández como Gari coinciden en que en vez de más políticas, es necesario entender el valor histórico de esas zonas y  preocuparse por su preservación; de no ser así ¿qué quedará de la historia de San Cristóbal?

comentario: desde hace unos años el centro cívico de san cristobal se ha plagado por el comercio informal (buhoneros), los cuales obstaculizan el trafico, las aceras. aparte de todo genera mas basura, sin olvidar que las fachadas de los edificios mas antiguos de la zona están deplorables condiciones. todo esto ha llevado al aumento de inseguridad, colapso de trafico, lo conveniente es que las autoridades pertinentes tomen en cuenta esta problemática. 


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